Como consultor independiente, he acompañado a clientes en decisiones complejas. Y he aprendido algo esencial: una opinión técnica y honesta no debería sentirse como un obstáculo, sino como una brújula.
Te cuento dos casos reales:
Primero, una universidad privada me pidió evaluar si podía aplicar un cese colectivo que involucraba a más de 70 trabajadores.
Revisé los estados financieros, el contexto organizativo y la normativa. Mi conclusión fue clara: en sus condiciones actuales, no era viable. No se cumplían los criterios de crisis económica ni de necesidad estructural.
Segundo, un sindicato me pidió analizar si la actuación del empleador estaba vulnerando su libertad sindical, en un escenario de pluralidad sindical.
Tras revisar los hechos, concluí que no se configuraba una vulneración al contenido esencial de dicho derecho.
En ambos casos, la respuesta no fue la que esperaban escuchar. Pero fue una respuesta profesional, honesta y bien fundamentada.
Y eso, para mí, marca la diferencia entre asesorar y simplemente acompañar decisiones.
Después de años analizando conflictos laborales desde el Estado, tengo claro que tomar decisiones sin una base técnica o legal sólida no solo es un riesgo innecesario: es una forma segura de agravar el conflicto y afectar a todos los involucrados —trabajadores, empleadores y sindicatos— con más costos, más tensión y menos soluciones.
Una evaluación técnica no busca frenar ni llevar la contraria: busca ayudar a la toma de decisión considerando el panorama completo.
Porque al final del día:
Es preferible una verdad incómoda que una ilusión que cueste caro.
Es más valioso ajustar expectativas a tiempo que enfrentar procesos sin sustento.
Y siempre será mejor replantear una decisión que cargar con las consecuencias de una mal tomada.
Como consultor, mi trabajo no es decirle al cliente lo que quiere escuchar, sino lo que necesita saber para tomar decisiones bien informadas. Si la evaluación técnica permite evitar gastos innecesarios, conflictos mayores o decisiones apresuradas… entonces también se están cuidando los intereses del cliente, aunque eso no siempre se vea de inmediato 
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